La Abundancia: Una Frecuencia que Nace desde el Amor Propio

La Abundancia: Una Frecuencia que Nace desde el Amor Propio


Cuando piensas en abundancia, ¿qué imágenes vienen a tu mente? ¿Dinero, oportunidades, viajes, estabilidad? Todo eso puede ser parte de una vida abundante, pero si queremos vivirla de forma real y sostenible, necesitamos ir a la raíz: la abundancia es una frecuencia interior, no una circunstancia externa.

La verdadera abundancia comienza cuando te reconoces como valiosa, merecedora y conectada con una fuente que no se agota. En el método AMAR, comprendemos la abundancia como una extensión natural del amor propio, del cuidado interno y de una relación sana con el recibir.

La abundancia es un estado de expansión interior.
No se trata de acumular, sino de fluir con confianza, gratitud y merecimiento. No se mide en lo que tienes, sino en cómo te sientes respecto a ti, a la vida, y a todo lo que te rodea.

La abundancia es un estado de expansión interior.
  • Una conversación que nutre el alma.
  • El tiempo que te das para cuidarte.
  • El alimento que preparas con amor.
  • La sonrisa de tu hijo.
  • La sensación de paz en medio del caos.

Uno de los grandes bloqueos que veo en las mujeres que acompaño es la dificultad para recibir. Y esto no tiene nada que ver con sus capacidades, sino con sus heridas. Muchas veces, cargamos creencias como:

  • “Tengo que esforzarme mucho para tener algo.”
  • “No es seguro tener dinero o éxito.”
  • “Si me va bien, alguien más sufrirá.”
  • “No merezco más de lo que tengo.”

Estas creencias no son verdades, son programas inconscientes.
Y mientras estén activas, la abundancia no podrá sostenerse, porque se convierte en una fuente de culpa o ansiedad. Por eso, en el método AMAR trabajamos la abundancia desde lo profundo: sanando la relación con el merecer.

Mereces porque existes.
Mereces porque eres parte de una creación divina que desea expandirse a través de ti.
Mereces sin tener que demostrar, sacrificar o pelear por ello.

Abundancia ≠ solo dinero

El dinero es una manifestación concreta de la energía de abundancia, pero no es la única ni la más importante. Puedes tener dinero y vivir con miedo o escasez. También puedes tener poco y sentirte plena. Lo ideal es que puedas unir ambas cosas: bienestar interno + expansión externa.

Abundancia también es:

  • Tiempo para ti.
  • Energía vital.
  • Amor disponible.
  • Creatividad activa.
  • Relaciones sanas.
  • Sentido de propósito.

La clave es abrirte a recibir en todas las áreas de tu vida, no solo en la cuenta bancaria.

Desde mi experiencia como terapeuta emocional y mujer en camino, he identificado 3 heridas clave que limitan el flujo de abundancia:

  1. La herida del rechazo: Si en tu infancia sentiste que no eras suficiente, puedes inconscientemente rechazar las oportunidades que llegan, por miedo a no merecerlas o perderlas.
  2. La herida del abandono: Puede llevarte a autosabotearte por temor a quedarte sola si creces o tienes éxito.
  3. La herida de humillación: Te hace sentir vergüenza por desear más, por brillar o por poner límites.

Estas heridas no se sanan ignorándolas, se sanan sintiéndolas con compasión, dándote permiso de transformarlas en tierra fértil para florecer.

El método AMAR integra la abundancia como un eje central, porque no hay sanación completa sin expansión. Acompañamos a mujeres y parejas a reconectarse con su capacidad de recibir, de crear desde el amor, y de sostener una vida rica en todos los sentidos.

Trabajamos la abundancia desde 4 prácticas esenciales:

  1. Conciencia emocional: Detectar y liberar los bloqueos inconscientes asociados al dinero, al éxito y al merecimiento.
  2. Amor propio profundo: Cultivar una relación interna basada en la aceptación, el cuidado y la confianza.
  3. Espiritualidad práctica: Recordar que no estás sola, que hay una fuente divina que te guía y sostiene, y que puedes vivir desde la fe, no desde el miedo.
  4. Estrategia consciente: Crear hábitos, estructuras y decisiones que reflejen tu valor y tu visión expansiva.

La abundancia no es un destino, es un camino que se transita desde adentro.
Cada vez que eliges cuidarte, que dices “sí” a lo que nutre y “no” a lo que drena, que inviertes en tu crecimiento o te das un descanso sin culpa, estás vibrando en abundancia.

Eres hija de una fuente ilimitada.
Nada en ti es pequeño.
Nada en ti necesita mendigar.

La abundancia no te será dada desde afuera; ya habita en tu interior, esperando que te reconectes con ella y la dejes brillar.

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